Pese a que existen desde hace muchos años, en los últimos meses se ha empezado a hablar de los afectados por las hipotecas multidivisa. Del propio nombre, lo primero que deducimos es que se trata de una modalidad de préstamo hipotecario que se paga en varias divisas, pero casi nadie comprende en qué consiste el producto en sí mismo y por qué hay tantos perjudicados. Pues bien, en esta entrada vamos a tratar de explicarlo.
¿Qué es una hipoteca multidivisa?
Las hipotecas multidivisa tienen, básicamente, dos particularidades:
- En primer lugar, la cantidad prestada se lleva a cabo en una moneda distinta al Euro. Las multidivisas más habituales son las canjeadas a Yen o a Francos suizos, pero se podrían realizar en cualquier moneda.
- En segundo lugar, el índice que se utiliza para el cálculo de intereses no es el Euribor, sino que se aplica un índice distinto. El más común es el Libor. De ahora en adelante, y a modo de ejemplo, utilizaremos todo el rato el Yen y el Libor como variables.
Por tanto, en resumidas cuentas y como explicaremos con más detenimiento en los siguientes apartados, el éxito o el fracaso de una operación de este estilo radica en la relación Euro – Yen y en la relación Euribor – Libor.
¿Cómo funcionan las hipotecas multidivisa?
El funcionamiento es el siguiente: Imaginemos que solicitamos un préstamo de 200.000 €, a devolver en 30 años, para comprarnos una casa. La particularidad de la hipotecas multidivisa es que, en lugar de tener que devolver esta cantidad, tendremos que devolver la equivalente en Yen al momento de la firma, que serían, a día de hoy, alrededor de 26.000.000 Yen (130 Yen son 1 €).
Ello conlleva que utilicemos los supuestos 200.000 € para comprar la casa y que pensemos que lo que debemos son 200.000 €, pero estamos equivocados porque lo que realmente debemos son 26.000.000 Yen.
En consecuencia, las hipotecas multidivisa funcionarán como cualquier préstamo pero con la particularidad de que todas las cifras aparecerán en Yen. Es decir, cada mes pagarás cierto número de Yen en concepto de capital e intereses, que se calculará según las reglas habituales de los préstamos, pero, como la moneda de aquí no es el Yen sino que es el Euro, en cada pago tendremos que realizar el cálculo del cambio de Yen a Euro.
Pero si 26.000.000 Yen son 200.000 €, ¿cuál es el problema?
El problema es que 26.000.000 Yen son 200.000 € hoy, pero no sabemos cuánto va a valer el Yen en relación al Euro en el futuro.
Por tanto, los 26.000.000 Yen que el banco nos facilita nos van a servir para pagar una casa que vale 200.000 €. En cambio, este dinero lo vamos a devolver en un plazo de 30 años y corremos el riesgo de que el cambio de moneda nos salga caro, muy caro. De hecho, el riesgo es ilimitado porque la fluctuación del valor de la moneda es ilimitada.
Pongamos un ejemplo: haciéndolo de forma muy básica y para que lo comprendáis de la forma más clara posible, imaginemos que la amortización del préstamo supone abonar 80.000 Yen al mes durante el plazo de 30 años.
Durante el primer mes del préstamo, el pago de 80.000 Yen será, al cambio, 615 Euros. Hasta aquí, todo irá bien, exactamente igual que en cualquier préstamo.
Ahora supongamos que llevamos cinco años cumpliendo con estos pagos. A estas alturas, habremos pagado 4.800.000 Yen, que son, al cambio, 37.000 Euros. Transcurrido este tiempo, el Yen coge fuerza y, en lugar de estar a 130 Yen por Euro, se sitúa en 100 Yen por Euro. ¿Qué pasaría?
Habrá dos consecuencias: En primer lugar, que tendremos que seguir pagando 80.000 Yen, pero, en lugar de tener que pagar 615 Euros para cubrir esta cantidad, tendremos que pagar 800 Euros. Es decir, el préstamo se nos encarecerá considerablemente. Esta consecuencia es obvia y es fácil de deducir, pero ha provocado que múltiples familias no sean capaces de cumplir con el pago de las cuotas.
En segundo lugar, se ocasiona la siguiente consecuencia: Tras pagar cinco años, debemos al banco 21.200.000 Yen (26.000.000 – 4.800.000 = 21.200.000). En cambio, a estas alturas, pese a haber pedido un préstamo de 200.000 Euros, deberemos al banco ¡212.000 Euros! (21.200.000 Yen son, al cambio, 212.000 € porque el 100 Yen son, ahora, un Euro).
Es decir, en conclusión, hemos pagado 37.000 €, nos ha subido la cuota del préstamo y, además, debemos 12.000 Euros más de la cantidad que nos prestaron. Todo un chollo.
Pero también podría haber salido bien…
Sí, también podría haber salido bien. Si el Euro hubiera cogido fuerza frente al Yen, habría pasado, más o menos, lo contrario. Lo que pasa es que el banco sabe lo que está haciendo y el consumidor, habitualmente, no. Es decir, el banco es consciente de las tendencias de las divisas, mientras que la inmensa mayoría de los que han firmado este producto no son conocedores de las fluctuaciones del mercado.
Además, hay que recordar que el consumidor está arriesgando su casa. No está realizando una inversión en la que puede incrementar o disminuir una parte de sus ahorros, sino que esta operación se está realizando poniendo en riesgo ni más ni menos que ¡su propia casa! Vamos, es como entrar en un casino y apostar las llaves al rojo.
Mientras el consumidor juega con su vivienda, ¿qué arriesga el banco? Absolutamente nada.
¿Quiénes son los más afectados?
Los más afectados por las hipotecas multidivisa son quienes firmaron una hipoteca de estas características desde 2006 hasta 2008. De todas formas, lo cierto es que los bancos conocen perfectamente el mercado y la inmensa mayoría de consumidores han perdido elevadas cantidades de dinero.
¿Qué podemos hacer para solucionar este problema?
Este despacho, buscando el beneficio del afectado, siempre intenta negociar con la entidad financiera antes de acudir a la vía judicial. No obstante, la verdad es que estos asuntos se están resolviendo en juicio porque la solución que ofrece el banco es totalmente insatisfactoria.
Hoy, los jueces ya tienen asimilado el problema de las hipotecas multidivisa y las resoluciones judiciales tienden a ser favorables. De hecho, el pasado julio se pronunció el Tribunal Supremo resolviendo favorablemente para los afectados y declarando que las hipotecas multidivisa son un producto complejo y de alto riesgo, lo que hace que nuestras previsiones sean aún más optimistas.
Cuando la sentencia es favorable, se elimina la cláusula multidivisa y, en consecuencia, se recalcula el préstamo como si nunca hubiese existido.
Nosotros lo primero que hacemos es individualizar tu caso y calcular el impacto económico que ha supuesto tu hipoteca multidivisa. De todas formas, para que comprobéis la rentabilidad del procedimiento, seguiremos con el ejemplo en el que se pedían 200.000€. En este caso, la solución pasaría por dejar de adeudar 212.000 € para adeudar solamente 163.000, y que la cuota dejase de ser de 800 € para que volviese a ser de 615 €. Es decir, estaríamos ante un ahorro total de 52.000 €, y un ahorro mensual de 185 €.