Los que sois autónomos, tenéis un pequeño negocio o gestionáis una pyme os hacéis constantemente la misma pregunta. ¿Qué sentido tiene la ley de protección de datos? Esta pregunta tiene dos respuestas: una que se centra en el beneficio social y otra que se centra en tu propio beneficio. Vamos allá:
Beneficio social.
A raíz del crecimiento de las nuevas tecnologías, se ha desarrollado un mundo muy lucrativo basado en los datos personales. Como ya dijimos en esta anterior entrada, los datos son el petróleo del siglo XXI. Cualquier empresa que pretenda crecer debe saber cómo tratar los datos personales.
Ya todos conocemos lo que ha pasado con los datos en los últimos años. Hemos sabido que el comercio de los datos tuvo un gran impacto en el Brexit. También hemos visto a Donald Trump utilizarlos para llevar a cabo una campaña electoral que, desde luego, resultó exitosa. Incluso hemos visto al que probablemente es el gran magnate de datos, Mark Zuckerberg, sentado ante el Senado de EE.UU. declarando por vender datos personales de 87 millones de usuarios.
Vivimos en la sociedad de la información. Los datos son información, la información es poder, y el poder se transforma en dinero. Ello nos lleva a que las grandes empresas no tienen la necesidad de ofrecer productos o servicios. Ahora, les basta con vender datos. Quienes gestionen los datos de forma eficiente serán capaces de controlar el mundo.
Ante tal escenario, es normal que se pretenda regular el control y la protección de los datos. Si atendemos al valor que tienen hoy en día nuestros datos personales, lo único sensato es protegerlos tanto a nivel estatal como a nivel europeo y mundial. Ese es el motivo por el que todos nos vemos obligados a realizar el esfuerzo de proteger los datos. Tal vez nosotros no nos demos cuenta, pero la información que tenemos de nuestros clientes o incluso de nuestros trabajadores puede ser oro para terceros, y debemos protegerlos para que, a fin de cuentas, no comercialicen con ellos.
Protegiendo los datos, nos protegemos todos.
Protección personal.
Lo que en definitiva nos interesa a todos por igual, cuando se trata de conocer las consecuencias de no cumplir, es nuestro bolsillo. En este caso, y mientras que la nueva ley de protección de datos no entre en vigor, debemos atender al anterior reglamento aplicable que establecía la sanción mínima en 3.000 €, pues el RGPD solo establece máximos.
Todo lo comentado anteriormente os puede parecer más o menos interesante u os puede resultar más o menos veraz. Por lo tanto, como sabemos que vivimos en una sociedad egocéntrica y escéptica con los beneficios sociales, vamos directos al grano e incluso lo repetimos. La sanción mínima por cometer una infracción en la protección hasta ahora era de 3.000 €.
Ponerse al día con esta ley cuesta bastante menos que la sanción mínima, así que piensa en ti, cumple con la protección de datos y evita problemas.
Nosotros lo tenemos muy claro: no es una opción no cumplir con la normativa de protección de datos. Todas las empresas que infringen estas normas están corriendo un riesgo innecesario que puede suponer desde un gran disgusto hasta incluso el cierre de la empresa, por lo que vale la pena dedicarle la atención que merece. Desde Eixample Abogados estamos dispuestos a ayudarte.
Raquel Pérez Peña
Eixample Abogados
@raqueleixample